La Navidad es la época más especial del año. Y punto. Yo siempre la espero con ganas y la vivo como un paréntesis en mi Santander, como una oportunidad para conectar con mi familia, mis amigos y a veces, también conmigo misma. Es un tiempo para reflexionar, recordar a quienes no están, y sobre todo, para disfrutar de lo que tenemos ahora. Es una mezcla interesante de melancolía, optimismo y desmadre generalizado.
Eso sí, una vez dicho esto, reconozco que me dan más miedo que un “nublao”. Cada año me propongo empezar a planificar en Noviembre y, obviamente nunca lo consigo y se me juntan el calendario de Adviento que me curro todos los años, los tres cumples de Diciembre, las Navidades y el cumple de mi hija pequeña en Enero… Para echar leña al fuego, durante las fiestas suelo cambiar las horas de sueño, moverme menos de lo habitual y comer más de lo habitual, el yoga sale por la ventana porque no tengo dónde estirar la esterilla y siempre me amenaza la bandeja del turrón…
¡Pero lo doy por bueno! Porque gano en otras cosas: un toque de espiritualidad, conexión y ese sentimiento tan chulo de comenzar un nuevo año con una hoja en blanco. Si te pasa como a mí, que te debates entre cuidarte pero el ambiente no es propicio, aquí tienes algunas pistas para cuidarte disimuladamente en Navidad sin perder la magia.
1. Sobre la comida
2. Sobre las bebidas
Las bebidas suelen ser protagonistas en Navidad. Básicamente nos pasamos 15 días brindando por cada camello que pasa, cada amigo que vuelves a ver, la Nochebuena, Navidad, San Esteban, Fin de Año, etc, etc. Uno de los propósitos de año nuevo más frecuentes es desintoxicarse del alcohol navideño a partir del 7 de Enero. ¿Te cuento lo que hago? Es cierto que yo bebo poco, pero…
3. Sobre el ruido y las emociones
La Navidad puede ser intensa. Entre las constantes invitaciones a comprar, los peregrinajes por las tiendas, pensar en los menús, cocinar para 38 (¡Viva la cultura familiar mediterránea!), el ruido, las largas sobremesas y las conversaciones que a veces se van volviendo tensas, mantener la compostura (o sea, el equilibrio emocional) es clave:
4. Sobre el movimiento
Aunque el ejercicio pasa a un segundo plano, al menos en mi caso, no tiene por qué desaparecer: Cada día necesito una dosis y eso se programa o no se hace: ¿Una caminata en familia? ¿Unos minutos de yoga al levantarme? ¿Un TRX, que no ocupa lugar? Lo importante es moverte un poco cada día.
La Navidad es para disfrutarla como si tuvieras 5 años. ¡No te olvides de que son vacaciones! Este año, tómate un momento para agradecer, conectar y empezar el 2024 con energía renovada.
¡Felices fiestas!