Elisa Errea
Health Coach & Chief Happiness 
Officer

Bienvenid@ a The Human Studio. Soy Elisa Errea, CEO en The Wine Studio y fundadora de The Human Studio, dos proyectos que aspiran a contribuir al desarrollo de la industria del vino y al futuro de una sociedad más humana.

Hace años que tuve que hacer cambios profundos en mi estilo de vida y aprendí a manejar mi estrés, mi ansiedad y varios síntomas físicos que me impedían disfrutar de todo al máximo. Gracias a todo lo que leí y estudié logré revertir todos aquellos síntomas y malestar. Entendí que el bienestar es nuestra responsabilidad y supe que en algún momento me dedicaría a ayudar a los demás a encontrar la mejor versión de sí mismos, física y emocionalmente.

Y... ¿Cómo he llegado hasta aquí?

Empecé mi carrera profesional en el sector del vino hace 25 años. En el año 2013 fundé mi empresa, The Wine Studio, referente en el campo de la formación y la consultoría estratégica para el sector del vino. 

Creo que soy afortunada de trabajar en un sector donde la naturaleza determina nuestro ritmo año tras año, donde podemos pisar la tierra, compartir conversaciones y viajar alrededor del mundo. El vino, además, se suele vender mientras se disfruta alrededor de la mesa y se conoce a gente interesante. Pero no es un camino de rosas: durante mi carrera he podido sentir el peso de los viajes, las largas comidas y catas interminables, la falta de rutina, las horas en la carretera, el estrés, la constante exposición a la opinión del sector, etc. Hace 10 años supe que quería dirigir mi propia empresa para poder dirigir también mi vida, empezando por mi salud. Quería dormir lo suficiente, hacer más deporte, practicar yoga, conocer y regular mi estrés, disfrutar cocinando y comiendo mientras cuido mi cuerpo. Quería hacer crecer mi empresa a un ritmo pausado y humano. Y, por supuesto, también quería cuidar de mis hijas y pasar tiempo con ellas y con mi marido.

Al tiempo que crecía The Wine Studio, yo estudié y experimenté todo aquello que le sentaba bien a mi cuerpo y que me hacía mucho más resiliente emocionalmente. Entró en mi vida el yoga, que nunca he dejado de estudiar y practicar, convirtiéndome en formadora certificada. Y, un poco después encontré la profesión a la que iba a dedicar mis próximos años: el coaching de salud. Estudié en el Reino Unido y continué mi formación en el campo de la Medicina Funcional, en Estados Unidos. 10 años más tarde, puedo decir que he aprendido a cuidarme de verdad, sé cómo funciona el cuerpo humano y sé valorar el peso de nuestro estilo de vida en nuestra salud. En el camino he aprendido a manejar la presión y el estrés, he investigado mis propias dolencias, que incluyen la enfermedad celiaca y algunos desequilibrios en la microbiota. He estudiado en profundidad la nutrición humana, las diferentes dietas y su impacto en el organismo, me he formado como coach de Medicina Funcional, que mira al ser humano como un todo y estudia el efecto de cada hábito en nuestra salud y la causa de los desequilibrios y las enfermedades crónicas evitables desde los cambios en nuestro estilo de vida. 

Sin embargo, vi que el cambio tenía que darse también en el entorno. Demasiados colegas y amigos sufrían y siguen sufriendo tremendamente en su trabajo: la presión, el estrés y el malestar físico son demasiado frecuentes. Estoy convencida de que hay una manera diferente de liderar en las empresas. Basándome en mi propia experiencia y formada en bienestar corporativo y en gestión del estrés,  como Chief Hapiness Officer, quiero demostrar que en este sector se puede llevar un estilo de vida sano y activo y que, desde un liderazgo humano nuestras empresas pueden contribuir a ello. Pueden ser el ámbito en el que las personas desarrollan su talento, en línea con los valores de este sector. 

Llevo varios años preparando mi caja de herramientas de Health Coach y acompañando a profesionales como tú a transformarse en las personas que quieren ser, dentro y fuera de su trabajo.

Y he aprendido tres cosas:

1. El stress permanente está detrás de la mayoría de problemas de salud
2. No hay que elegir. El equilibrio es posible.
3. Todo está conectado: Nuestros valores y creencias, lo que comemos, lo que pensamos, cómo nos movemos, cómo dormimos, con quién nos relacionamos y dónde trabajamos.