Personalmente, me encantaría que la medicina funcional fuera el standard de la atención médica por su atención a cada detalle y sus tratamientos centrados en la causa del problema y no sólo en la supresión de los síntomas.
El Instituto de Medicina Funcional acredita a médicos, nutricionistas, psicólogos, enfermeras y otros profesionales de la salud. La medicina funcional aúna los avances de la medicina convencional con la investigación científica y un trabajo exhaustivo con el paciente de manera que se estudia la conexión entre todos los sistemas del cuerpo humano y cómo un síntoma en una parte del cuerpo puede estar originado en otra. También entiende que somos parte de un entorno físico y social y que nuestro estilo de vida tiene un impacto enorme en nuestra salud. La medicina funcional es especialmente adecuada para las enfermedades y condiciones crónicas muy asociadas a los hábitos de nuestro estilo de vida: enfermedades autoinmunes, diabetes tipo 2, hipertensión, trastornos digestivos, dermatológicos, etc.
El trabajo del paciente en la modificación de sus hábitos es una parte integral de los tratamientos y la medicina funcional se apoya en el trabajo del coach de salud para apoyar a las personas a activar esa transformación.
Podemos trabajar coordinados con tu médico o profesional de la salud para reforzar cualquier tratamiento o recomendación.